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La muerte del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudi en Estambul ha vuelvo a poner al Gobierno de Pedro Sánchez en un aprieto. La implicación del círculo más próximo al príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, ha colocado de nuevo la venta de 400 bombas a Riad en el punto de mira. Pero esta vez Sánchez tendrá más presión para mantener la entrega a los saudíes, después de que Alemania haya invitado a los socios europeos a cancelar la venta de armamento al país arábigo.