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Unicaja cede en sus pretensiones de controlar el 60% del nuevo grupo que formará tras su posible fusión con Liberbank y ya acepta rebajar la ecuación de canje por debajo de dicho umbral. El principal condicionante que echó por tierra el primer intento de integración entre finales de 2018 y mediados de 2019 fue que la Fundación Bancaria Unicaja, que entonces controlaba el 49% del banco andaluz, no quería rebajar su control en la nueva entidad por debajo del 30%, ya que le llevaría a perder su condición de grupo fiscal, con las respectivas desventajas a nivel impositivo. Ante este escenario, la fundación se mantuvo inamovible en exigir el 60% en la ecuación de canje para poder mantener el 30% en la nueva Unicaja-Liberbank. Sin embargo, ahora esta piedra ha desaparecido del camino.